A los 108 minutos, Lionel Messi hizo el tercer gol de la Selección argentina en la final contra Francia. Mientras todos los hinchas festejaban, dos hermanos vieron como Paulo Dybala pateaba la pelota del tanto que terminó en la tribuna y comenzaron su operativo para obtenerla.
Ignacio vive en Castelar, provincia de Buenos Aires, y se fue a Doha con su hermano a vivir el Mundial de Qatar 2022. “Cuando vi que la pelota cayó cerca nuestro y la agarró un francés, me acerqué para explicarle que tenía que devolvérsela a la Policía. Fueron segundos tensos porque él se estaba sacando fotos, pero finalmente me la dio. Ahí me la quedé y no la solté nunca más”, contó.
“Obvio que después vino un policía, pero le dije que no se la iba a dar, yo no pensaba soltarla. Ahí llegó un supervisor y dijo que me la podía quedar”, señaló sobre cómo consiguió quedarse con esférico.
Juan, el hermano, contó que al recibir la pelota, se escabulló entre la genta “para pasar la euforia de todos los que se acercaban a ver la pelota, incluso Marley estaba ahí y me pidió tocarla”.
Por supuesto, fuera del estadio también quisieron quedársela otras personas: “nos hicimos muy amigos de unos jeques a los que les habíamos conseguido entradas y un qatarí nos ofreció alrededor de 21 mil dólares, pero no la vamos a vender”. “Solo se la daríamos a Messi si nos la pide. Si no la quiere, nosotros necesitamos que la firme”, aseguró Ignacio.
“La pelota no la despachamos en las valijas, que se quedaron en Etiopía. Sabíamos que podía pasar eso, entonces dije que se venía conmigo. El riesgo era muy alto, por eso la pelota viajó conmigo todo el tiempo”, detalló sobre el viaje al país.
La suerte no terminó ahí, ya que en el regreso al país, tuvieron una anécdota con un representante de la aerolínea en la que viajaron: “me preguntó si se podía sacar una foto con la pelota del tercer gol de Messi, le dije que sí y nos hizo volver en primera clase”.